Para poder hacer un cambio en los hábitos de sueño de nuestros hijos, sobre todo si ya tienen más de 12 meses, es muy importante poner nuevos límites, desde el lugar dónde duerme, la manera en que se duerme y con quien se duerme.

Contrario a los que muchos piensan, los niños sí necesitan límites para sentirse seguros emocionalmente, además de queridos y valorados. Pensemos en los límites como FRONTERAS de lo que sí pueden hacer y lo que no. Al poner limites externos, los niños desarrollan sus límites internos, ¿a qué me refiero? A que un niño que no tiene límites en casa tendrá más probabilidades de caer el situaciones de riesgo como jugar con cuchillos, asomarse por la ventana, etc. Otra consecuencia es que se puede volver un niño inseguro, frágil emocionalmente y poco estructurado.

Y estos límites aplican también para la hora de dormir, por ejemplo, si no queremos compartir la cama con nuestros hijos hay que mantenernos firmes en esa regla, por lo menos hasta los 4 años que ya entienden e excepciones. No sería justo dejar que duerman con nosotros un día sí y al otro no, solo estaríamos generando incertidumbre y mucho enojo por la falta de claridad entre lo que sí se puede o no hacer para dormir.

¿Cuándo poner los límites?

Fácil, en el primer comportamiento que no sea aceptable; es justo en ESE MOMENTO que hablar con nuestro hijo y explicarle a su nivel (no como regaño) que esa acción no fue la adecuada. Recuerda que cada vez que la repita papá y/o mamá deberán tener la misma reacción. Por ejemplo, si va al cuarto de papá/mamá a las 3am tendrán que regresarlo a su recámara. No se vale hacer excepciones pues estarían dandole señales confusas y no quedaría claro el límite.

¿Y si mi hijo reta los límites?

Es normal que los niños reten los límites, es una manera de medir las fronteras que ponemos los papás. De acuerdo con Vidal Schmill, los niños insisten quejumbrosamente un promedio de NUEVE VECES antes de lograr que sus padres se rindan ante sus peticiones. Entre más congruentes y constantes seamos los papás, más rápido los niños dejarán de retarnos.

Tipos de límites

Siempre habrá límites negociables, en los que podemos ser flexibles y límites no negociables, en los que no importa día, hora, situación, no podemos ceder. Aquí unos ejemplos de cada uno:

Negociables: leer un cuento más, jugar un ratito extra en la tina, meter juguetes a la regadera.

No negociables: dormir con la tele prendida, comerse un plátano a las 2am, pasarse a la cama de mamá y papá.

Hay que tener claro que los papás somos quienes controlamos la situación y hablando de la hora de dormir, un niño pondrá todos los pretextos para no dormirse aún cuando ya sea hora. Papá y mamá deberán hacer equipo y mantener el control de la situación.

Conforme nuestros hijos crezcan, podremos ir ajustando los límites de acuerdo a su edad, no es que de los 2 hasta los 15 años nuestros hijos tengan que dormirse a las 7pm…todo va evolucionando.

Si estás sufriendo porque en estos últimos meses, sin escuela ni rutina fija, tu hijo ha comenzado a dormirse más y más tarde, contáctanos y con gusto te guiaremos para que puedan ajustar sus horarios, límites y reglas a la hora de dormir.

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