A cuántas no nos pasó esto: todo iba muy bien empezando el 3er mes, cuando varias veces a la semana, nuestro bebé se quedaba dormido a las 7pm y despertaba hasta las 4 ó 5am. “Qué maravilla ya la hice”…pero de repente todo cambió.

El bebé que dormía hasta 8 horas seguidas comenzó a despertar antes y más veces. Como mamá, lo que nos viene a la cabeza es el famoso brote de crecimiento, así que asumimos que tiene hambre y le damos de comer cada que despierta. Así pasan varias semanas y sin darnos cuenta, otra vez estamos con 4 tomas en la noche, casi como cuando era recién nacido. ¿La solución más sencilla? Eliminar algunas tomas y sustituirlas por arrullo y chupón; el problema es cómo saber cuáles son las tomas en las que de verdad tiene hambre y en cuáles sólo busca consuelo o apapacho.

Lo más seguro es que un bebé que ya tiene un patrón de tomas excesivas, sí tenga hambre en la mayoría de ellas; puede que hasta su reloj biológico esté confundido pensando que las noches están hechas para comer y los días para dormir. La buena noticia es que sí ha manera de corregirlo y recuperar las horas de sueño perdidas.

​¿Cómo se desajusta el reloj biológico de mi bebé?

El reloj interno o reloj biológico está controlado por el hipotálamo en el sistema nervioso central, que recibe información del exterior como luz, temperatura, disponibilidad de alimentos e interacción social. Cuando tienes “barra libre” para tu bebé de 7pm a 7am, indirectamente lo estás motivando a estar despierto en la noche para comer, cuando quiera y las veces que quiera.

Por otro lado, las tomas nocturnas excesivas también afectan la producción de melatonina (esa hormona de la que tanto hemos hablamos, responsable de hacernos sentir con sueño cuando estamos en un lugar oscuro). Cuando los bebés toman leche, su cuerpo produce insulina que se ha comprobado bloquea la producción de melatonina haciendo que sea más difícil para un bebé el volverse a dormir. Y eso no es todo, las tomas nocturnas excesivas también provocan afectaciones en una hormona llamada ghrelina que ayuda a controlar el hambre. Diversos estudios demuestran que al dormir más tiempo, la concentración de ghrelina disminuye, por lo tanto el hambre también. A menor concentración de ghrelina más probabilidades de que un bebé pueda dormir más tiempo sin despertar por hambre. Ahora, pensemos en la consecuencia directa de tomar muchos líquidos en las noches: ir al baño miles de veces. Lo mismo pasa con los bebés, pañales mojados y sistema digestivo trabajando, mandando la señal que hay comida así que ¡hay que estar despiertos!

Por último, la interacción social: cada vez que tu bebé te ve y oye en estas tomas nocturnas, su cerebro cree que es momento de interactuar y no de dormir, confundiendo aún más a su reloj interno. ¡He aquí la importancia de evitar el contacto visual! Es difícil resistirnos a la sonrisita de las 3am ¿verdad?
Un bebé mayor a 3 meses con tomas nocturnas excesivas de seguro tendrá despertares excesivos. Si crees que este es tu caso y necesitas ayuda para corregirlo, solicita una llamada diagnóstico grátis. Por el contrario, si no tienes ningún problema con el número de tomas nocturnas que hace tu bebé, ¡sigue así! Mamá feliz = bebé feliz.

#relojinterno #relojbiologico #tomasnocturnas #tomasnocturnasexcesivas #melatonina #ghrelina #dormirdecorrido

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *